Noche Flamenca en Moguer

Noche cerrada y fría que invitaba a reunión y "candela". Por las calles, de lejos ya se oía la guitarra y el taconeo, el espectáculo había empezado, habíamos llegado al Mesón El Lobito. Jornada de Flamenco, la "II Taberna Flamenca" organizada por la Peña de Cante Jondo de Moguer. Interesante iniciativa cargada de eventos con un programa completo donde destacan sus Noches de Taberna Flamenca, su IX Muestra de Mostos y su III Zambomba Flamenca Solidaria.


En la puerta la gente se acumulaba, dentro no cabía un alfiler: la guitarra flamenca, el quejío y el cante nos daban la bienvenida a un Mesón con solera y mucho arte.


Aperos del campo, sillas de enea, bocois de vino y el calor de una chimenea nos invitaban a acomodarnos para degustar unas aceitunitas aliñadas, ricos revueltos, y una exquisita carne a la brasa. 



En el tablao un grupo de baile, revuelo de volantes y taconeo. El arte hecho compás a cargo de la escuela de baile de la Peña de Cante Jondo de Moguer, con la profesora María Canea. María Ángeles Cruzado al cante.


La fiesta continuaba y llegó el recogimiento con Israel Moro y su voz rasgada, muy bien acompañado de la guitarra flamenca, la caja...  palos bien interpretados , fandangos de siempre y mucho temple añadían arte y "age" a una noche flamenca.


El calor de los aficionados, el ambiente y la música de fondo hicieron de este momento algo diferente. Combinación de arte, de gastronomía, de diversión, de música y de cultura
Reunión social y también cultural, excusa perfecta para escuchar flamenco, degustar ricos platos típicos y pasar una velada acompañado de tu gente.

Nosotros habíamos improvisado, todo surgió sobre la marcha y sin duda la visita inesperada mereció la pena; por el ambiente, por el flamenco, por el arte, por la buena compañía y por Moguer.




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En camellos por las Dunas de Doñana

Tarde de otoño en Matalascañas y la oportunidad de disfrutar de un paseo a lomos de camellos. La cita a las cuatro en la oficina de información de la empresa Aires Africanos, 


Allí nos esperaba Nuria para llevarnos hasta las instalaciones. Una caseta de madera en la linde del Parque Dunar de Matalascañas con la avenida principal. El primer punto de encuentro, donde realizar las reservas. Entre pinares y junto a unas divertidas instalaciones para los Scouts.  Unos niños inquietos, unos padres ilusionados y un grupo expectante preparados para una experiencia nueva. 


En pocos minutos llegamos al interior del Parque Dunar donde Miguel y el resto del equipo nos esperaban para darnos la bienvenida y tomar el primer contacto con estos animales desconocidos.


Asomados por encima de las vallas acercaban sus cabezas en busca de un trocito de pan, los niños encantados les daban de comer, y aprovechaban para acariciarlos y observarlos de cerca. 


Mientras tanto Miguel nos iba explicando las características de estos camellos, sus cualidades, sus costumbres. Una clase breve y magistral mientras degustábamos un rico té árabe acompañado de dátiles y pasas. 

Los camellos estaban preparados y todos estábamos impacientes, llegaba el momento del paseo.
Había que hacer recuento y repartirnos de dos en dos, calcular los pesos siempre teniendo en cuenta las características de la joroba de cada animal. Los niños leían los nombres y Miguel nos contaba cómo cada uno tiene su personalidad. Momento de subirse a las sillas preparadas: "siempre los dos a una". 

Una vez todos sentados llegó la hora de la subida, un vaivén divertido hasta llegar a las alturas. Comienza la marcha y ese andar peculiar y en balanceo conocido como el "Barco del desierto" que aquí bien le podíamos llamar el "Barco de Doñana".  
Una apasionante ruta entres pinares, por caminos de matorrales, todos en fila india, bien guiados y a buen ritmo. 

Contrastes en el paisaje; los reflejos del sol, el intenso verde de los pinos y el azul del mar, aportaban a la tarde unos colores mágicos y maravillosos. Las risas de los niños, el sonido del viento, y unos resoplidos traviesos a tu espalda, ponían la nota sonora a un paseo por las Dunas. 


Un enclave natural apasionante y salvaje para pasear a lomos de un camello.
Miguel no nos pierde de vista y desde abajo caminando a pié no deja de hacer aclaraciones y de dar explicaciones; del lugar, del paisaje, de la vegetación autóctona, de la historia de las torres almenaras de la costa de Huelva...


Caminamos de regreso sabiendo que la ruta se acababa, sin duda nos supo a poco. Sorprendidos y agradecidos de vivir una experiencia divertida, original y diferente, donde los protagonistas fueron estos animales fuertes, inteligentes, dóciles y sensibles. 


Gracias a ese paisaje, gracias a Nuria, Miguel y compañeros y gracias a los compañeros de la expedición por las Dunas del Parque Dunar de Matalascañas. Los niños habían disfrutado y ya preguntaban cuándo sería la próxima. ¡Seguro pronto!

AIRES AFRICANOS
Polígono Sector Inglesillo. Parque Dunar. Avda, de las Adelfas s/n. Matalascañas.
Teléfono: +34 959448577
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